martes, 20 de septiembre de 2011

Voy a morir de amor

Cuando nací,tras muchos estudios de los médicos, mi madre estuvo semanas llorando y mi padre no volvió a sonreír en todo un mes. Habían recibido la peor de las noticias: su hija estaba enferma. Tenía el corazón débil, demasiado enreversado o algo así dijeron.
Desde aquel momento, tengo necesidades especiales. Todos los días necesito recibir mi cóctel de medicinas:besos por todas partes, abrazos en cualquier lugar, sonrisas que alumbren las noches, miradas de amor penetrantes, caricias de las que borran problemas,canciones bonitas, risas de las que recorren toda la columna y se posan en el hipotálamo...
Normalmente, todo va bien, no existe ningún riesgo. Pero,a veces,los problemas se enredan en la válvula que mi corazón tiene demasiado pequeña y el amor impide el paso de la sangre con fluidez.
Ahora mismo tengo una de mis crisis y, en esta ocasión, no puedo recibir la medicina adecuada. Porque sólo la tienes tú y no soy capaz de pedírtela.

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