domingo, 9 de octubre de 2011

Te echaré de menos

Y en un instante, lo ves todo claro. La verdad se presenta ante tus ojos y ya no te quedan fuerzas para cerrarlos. Así que lo ves.
Lo ves y escuchas un gran estruendo, el que hacen dos mundos al separarse. En ese momento lo notas, la dsitancia se ríe de ti y se te clava en el lóbulo frontal del cerebro.
Una sonrisa de ella ya no puede curar la herida, ya no puede cerrar la brecha. Cualquiera diría que todo sigue igual que siempre, pero nada es lo mismo porque ya no está.
Su ausencia duele, pero lo que más daño hace es su mirada fría, su falsa felicidad que te recuerda a tiempos mejores.
Tiempos en los que el verbo vivir no era una obligación y nadie me tenía que enseñar a volver a sonreír.
Menos mal que aún conservo las fotos, ellas me recuerdan que aquel mundo perfecto un día fue real.

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