miércoles, 27 de julio de 2011

¿Mi deseo?

Que me atrapes entre tus brazos y que creemos un mundo sólo para nosotros; un mundo que no se rompa, en el que las calles están llenas de árboles, la universidad sirva para estudiar el amor, el café no amargue, todos los días me salude el sol por las mañanas y que el cartero convierta las facturas en ositos de gominola.

Pensarás que siempre estoy hablando tonterías, que estoy algo loca, (esto último no te lo niego)pero el otro día te puedo asegurar que pude ver todo esto que te estoy contando. ¿Cuándo? Cuando me besaste con la Luna y el mar como testigos y me prometiste que todo saldría bien si somos valientes.

De nuevo, gracias

Gracias por hacer el mundo más bonito.

lunes, 18 de julio de 2011

¿Lo que más me gusta?

Lo que más me gusta es contemplar la sombra que dibujan mis rizos sobre tu piel desnuda, en esas tardes de primavera en las que las ganas de comerme el mundo se apoderan de mí y el sol acaricia juguetón tu cara.

jueves, 14 de julio de 2011

Mi vestido azul

Sí, ese ceñido con estampado de flores. Mi vestido azul tiene un hilo  rebelde que un día se separó de los demás y cuelga hacia fuera a la vista de todos.
¿Cortarlo? Ni hablar.
¿Cómo iba a cortarlo si, cada vez que lo veo, me acuerdo de aquella noche en la que tú lo descubriste?

sábado, 2 de julio de 2011

Today

Tarde de volar entre cuatro paredes; de superar todos los límites; de sobrepasar el techo; de dejarme llevar por el viento como una pluma; de soltarlo todo de repente sin explicar nada; romper la barrera que he construido para mis sentimientos; de cerrar la puerta con llave a los problemas; de escuchar la mejor canción de todas, mi risa y la tuya juntas; de sentirme bien; de quererte; de ser feliz.
Porque, aunque digan que ese lugar a tres metros sobre el cielo sólo existe en la peli, yo sé que es mentira. Sé que me esperas allí y lo mejor es que yo he conseguido el mapa para llegar.
Ya ni siquiera me consuela pensar que, al menos, estarás contemplando el mismo cielo que yo. Porque allí, donde el reloj se adelanta siete horas, las estrellas se habrán ido a dormir.

Matías

Tu nombre repiquetea aún por cada recoveco de mi cabeza y mil descargas eléctricas recorren todo mi cuerpo, dejándome una agradable sensación de hormigueo.
Te recuerdo a la perfección, tanto que podría construir una fotografía con las imágenes que se cuelan en mi cerebro y con las ganas que tengo de volver a verte.
Tu espalda fibrosa, aprisionada bajo esa camiseta negra, apoyada sobre el muro de aquel sitio que, más tarde, frecuentaría esperando encontrarte.
Tu aire despreocupado anclado en tu sonrisa fresca y natural, horas de sol grabadas en los diminutos bucles de tu cabello y años de vueltas al mundo atrapados por el brillo de tus ojos azules,¿o tal vez eran verdes?
Tus manos cuidadosas sujetando aquel botellín verde ya sin cerveza, tu mirada infinita contemplando la puesta de sol y tus caras graciosas que a acompañaban a mi silencio.
Mis intentos de reprimirme para no correr a atraparte entre mis brazos, mis ojos clavados en tu figura como si fueran dos imanes que se atraen sin remedio, aquellas conversaciones tontas, las ganas de escaparme contigo y el presagio de que aquella tarde me costaría meses olvidarla.